Ayer
me levanté preguntándome si me siento orgulloso de ser mexicano... la respuesta
fue contundente... fue inspirada en las constantes decepciones patrioteras que
he vivido, incluyendo la del fin de semana viendo al Canelo pasar vergüenzas
(vergüenzas que no sintió un juez de Las Vegas que le daba el empate).
México es el país
de las apariencias, mi respuesta va por ese camino, aparentamos ser amigos y
nos envidiamos el coche o la casa, el trabajo o la pareja (o aparentamos que
tenemos amigas y a todas nos las queremos coger, esto cabe en el género
masculino, con todas sus variantes, en el femenino se aparenta ser amigas y le
cierran el ojo al compadre sin que lo sepa el marido o el novio, o aparentan
ser amigas y le envidian la camionetota, la escuela donde llevan al retoño, el
club donde están inscritos o la casa comprada por la exitosa media naranja,
dicho sea de paso, esto si se lo hacen saber a su respectivo marido o novio a
cada ratito).
Aparentamos trabajar
duro y los jefes aparentan pagarnos lo justo; aparentamos tener un futbol de
primera (gracias a los sueldos de los jugadores) y sabemos que la liga es patética;
aparentamos votaciones libres y democráticas y gana el #PRI; aparentamos
tolerancia y nos enorgullecemos de que salgan apaleados maestros del #Zócalo
(en este punto aparentamos no estar de acuerdo con ellos por sus demandas y sus
desmadres y en el fondo sabemos que tienen razón por tanta desigualdad
económica y social que existen en los Estados donde ellos ejercen su profesión.
Y por el contrario, ellos aparentan que luchan contra el gobierno que durante
años ha sido su patrocinador).
Aparentamos odiar a
los gringos (por dignidad) o a los españoles (por historia) y todos quisiéramos
tener la doble nacionalidad; aparentamos educar a nuestros hijos y los
programamos con los famosos ‘el que no es tranza no avanza’ o ‘no me des, ponme
donde hay’, entre otros; aparentamos sufrir la guerra del narco (en todos los
sentidos) y nos divertimos comprando y dopándonos (en todos los sentidos); aparentamos
asustarnos con los cárteles de la droga, los secuestros, las extorsiones y
hacemos negocio con ellos cuando quieren lavar su dinero en plazas comerciales,
construcción de viviendas o campañas electorales.
Aparentamos enorgullecernos
de todos los centros históricos de cada ciudad del país y sabemos que huelen a
caca; aparentamos sentirnos mexicanos por la sangre que derramaron los héroes
que nos dieron Patria (que nos cuenta la historia oficial) y andamos con la
moral por los suelos cuando no derraman ni una sola gota de sudor en la cancha el
#Chicharito14 y compañía dentro de la selección nacional (que por cierto,
aparentamos que es nuestra cuando sabemos que es de Azcárraga, Salinas Pliego y
ahora Slim y sus intereses económicos según nos cuenta la historia no oficial).
En fin, la respuesta de si me siento orgulloso de ser mexicano ya se la
imaginan… aunque claro, aparento rotundamente que sí…
Entremos a debatir, mi reflexión va en dos niveles,
uno epistémico y el otro patriotero, empecemos por el primero: la historia
oficial de las naciones es un mito, muy interesante y debatible... en este
sentido ser mexicano implica ser homogeneizado, manipulado, limitado (y aquí
entran explicaciones de escuelas de pensamiento, teorías de la conspiración,
etc…)… yo por el contrario, me siento ciudadano del mundo y me apena y me ocupo
de lo que pase en cualquier parte del mismo… ser mexicano (en el sentido del
mito-nación), más que sentir o no orgullo ya lo tengo superado, en términos no
académicos, me da hueva…
En el sentido patriotero te diría: ¿qué he hecho por México? todo (en mi
responsabilidad y en lo que cabe) ¿qué ha hecho México por mi? Darme sus mares,
sus montañas, sus lagos y ríos, su gente, sus chismes, la religión, el
amontonamiento en el metro, los vecinos descorteses, las cacas de los perro en
el parque, las metidas en las filas del cine, quitarme muchos años de educación
en sus escuelas… y al PRI, al PRD, a AMLO, al PAN, a Gloria Trevi, a los Zetas,
al Chapo, al Chepo, a la judicial, a la maestra Elba Esther, a la hija de #EPN,
las investigaciones del caso Heaven y un largo etc. ¿y todavía tengo que pagar
más impuestos por las croquetas de Carola? Disculpas my friend, pero no, no me
siento orgulloso de ser mexicano en este momento, tal vez más adelante que
cambiemos las cosas… pero por ahora… puaj!
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